Si la historia la escriben
los que ganan
eso quiere decir
que hay otra historia
la verdadera historia
¡Quién quiera oír que oiga!
(Nebbia-Mignona)
Como habíamos visto en el capítulo “Causas de la
inmigración económica”, Europa se encontraba inmersa en una crisis económica
durante la década del ’20, por causa de la Primera Guerra Mundial. Por su parte
a los croatas se les sumaban los problemas derivados del centralismo y del
monopolio económico de los serbios escudados en su rey Alejandro. A la vez,
también aumentaba, día a día, la figura del político croata Stjepan Radić, líder
del Partido Campesino Croata, que los representaba y hacía oír su descontento en
el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos.
Hacia 1925, gracias a la presión ejercida por los votos obtenidos en las
elecciones parlamentarias, el rey Alejandro le ofrece el cargo de ministro de
Instrucción Pública a Radić, el cual lo acepta. El puesto en el cargo duró dos
años y en 1927, Radić renunció[1].
En 1928 los serbios querían aumentar los impuestos a la población croata
a favor de Serbia. A esto se le opuso no solo Radić sino que también Svetozar
Pribičević, un serbio nacido en Croacia, ex ministro del Interior del rey
Alejandro, pero enérgico combatiente de su política
despótica.
Esta confrontación le sirvió a los círculos reaccionarios serbios,
enquistados en la nobleza, los militares y los políticos, para deshacerse de
Radić y con él, a los reclamos de los croatas.
El 20 de junio de 1928, en plena sesión del parlamento de Belgrado, en el
cual se encontraban todos los representantes del reino, el diputado Radical
serbio Puniša Račić, disparó con su revólver a los diputados croatas, matando a
Djuro Basariček, a Pavle Radić (hermano de Stjepan) e hiriendo de muerte a
Stjepan Radić y a otros dos diputados. La agonía de Radić fue lenta y su vida
terminó el 8 de agosto a causa de las heridas. Con Radić murió de igual forma la
idea de un reino federal y democrático como así también cayó definitivamente la
máscara bajo la cual se escondían las verdaderas intenciones del rey y de
Serbia.
Sobre el atentado me gustaría hacer dos acotaciones. La primera es la
similitud de este caso con uno acaecido en la Argentina. Me estoy refiriendo a
lo sucedido en 1935 en el senado argentino, cuando se llevaba a cabo un
acalorado debate sobre el comercio de la carne y el perjuicio que esto causaba a
la Nación Argentina. En ese momento el legislador Lisandro De la Torre
denunciaba irregularidades en este comercio y fue atacado a tiros por un matón
relacionado con el conservadorismo, que mató al senador por Santa Fe y amigo de
De la Torre, el Dr. Enzo Bordahebere.
El segundo punto es que el asesinato de Radić, provocó en muchos sectores
croatas la seguridad de que con los serbios no se podía dialogar ni conducirse
democráticamente. Uno de los diputados presentes en el recinto era el Dr. Ante
Pavelić, diputado por Zagreb, que manifestó “Nunca más a Belgrado” (nunca
más discutir en tierra serbia ni dialogar con ellos) y comenzó a trabajar desde
la clandestinidad. El 7 de enero de 1929 formó el grupo revolucionario “Ustaša”
(rebeldes, insurrectos), en julio fue condenado a muerte por Belgrado por lo que
tuvo que exiliarse a Italia.
Pero no sólo los “Ustašas” expresaban un antagonismo con el régimen del
rey Alejandro. Los propios comunistas que comenzaban a dictar sus consignas por
todo el reino fueron perseguidos con mayor resolución por las tropas reales. El
propio Tito, que ya comenzaba a ser buscado por su activismo recordó el hecho
afirmando que: “ Los sucesos del parlamento de Belgrado causaron una tremenda
conmoción en Croacia, pero los jefes del Partido Campesino no se movieron...
Entonces nuestro comité local, actuando a través de sindicatos independientes,
pasó a la acción. Llegamos hasta el punto de dictar una proclama instando al
pueblo a responder con las armas al asesinato de Radić... De allí en adelante,
la policía me persiguió constantemente”[2].
Nacionalistas (Ustašas) y comunistas comenzaron a ganar adeptos, mientras
que el Partido Campesino, que aún representaba a la gran mayoría de los croatas,
se encontraba un tanto debilitado. Ante la muerte de Radić, había asumido su
segundo, Vladko Maček, que siendo pacifista y medido a ultranza, trataba de
apaciguar los caldeados ánimos. Ánimos que parecía que estallarían en cualquier
momento, ya que una confrontación croata-serbia se desataría con solo una
chispa. Ante una probable revolución croata y la consiguiente reacción militar
serbia, Maček, conduce a los croatas dentro de los límites de la
democracia[3].
Pero poco duró la democracia, porque el 6 de enero de 1929 y aprovechando
que los croatas no habían reaccionado decididamente por el asesinato de Radić,
el rey Alejandro disuelve el parlamento e instala una dictadura monárquica,
cambiando el nombre del reino que ahora se llamaría “Reino de
Yugoslavia”.
En un intento por disfrazar la dictadura serbia, el rey proclama una
nueva constitución, en la cual existiría un sistema de dos cámaras, pero con el
agregado que los representantes de una de ellas eran elegidos por él, y la otra
en elecciones. De esta manera intentaba mostrar una democracia donde sólo había
una concentración de poder.
Como todas las medidas tendían cada vez más al centralismo político y
económico serbio, los reclamos no se hicieron esperar. Tanto en Zagreb, como en
Eslovenia, Bosnia o la provincia de Vojvodina, se condenaba el régimen despótico
y se pedía por la federalización. Por estas demandas fue encarcelado Maček y
reprimidos o castigados todos los opositores.
Como la situación lo desbordaba, el rey Alejandro viajó a Francia a pedir
consejos para resolver la crisis provocada por él mismo y su política. Pero al
llegar al puerto de Marsella, el 9 de octubre de 1934, fue muerto a balazos por
un macedonio, que pertenecía a una organización revolucionaria (VMRO), que
colaboraba con los ustašas[4].
Luego del atentado asume como regente el príncipe Pablo, hermano de
Alejandro y tío de Pedro II, quien no podía asumir por ser menor de edad. Este
cambio de rey no resultó ser muy diferente al anterior en lo que a su política
se refiere.
Por su parte, Maček continuaba impulsando el cambio desde la democracia y
el pacifismo. En 1935, logró una importante victoria en los comicios y en 1938,
logró aglutinar y conformar un solo bloque con todos los opositores al régimen.
Esta unión denominada “Bloque de compromiso con el pueblo”, no sólo estaba
formada por croatas, sino que también había partidos serbios y eslovenos
contrarios al rey. Este bloque solicitaba la derogación de la constitución
vigente y la convocación a una nueva Asamblea Constituyente que reorganizara el
país y a todas las nacionalidades que lo componían. El 11 de diciembre de 1938
esta coalición logra el 69% de los votos ejerciendo una gran presión en
Belgrado.
Nuevamente los integrantes del poder serbio tienen que plantearse, ¿Qué
hacer con los croatas? Todo el año de 1939 fue para poder encontrarle una
solución a este problema. Finalmente, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial,
el 26 de agosto, se firma un convenio llamado “Sporazum”, con el cual se crea la
“Banovina Hrvatska”, es decir el banato de Croacia. Esta nueva administración
tenía su fundamento en el pasado[5], y como fin reorganizar el Estado. Otra
medida adoptada fue la de compartir el gobierno en Belgrado, entre Dragiša
Cvetković (representante serbio) y Maček (por los
croatas).
Los
serbios sabían que Europa era un polvorín y que en cualquier momento podía
estallar una guerra, como también sabían que los no-serbios, no tenían la más
mínima intención de defender un reino que no los representaba, por lo tanto
había que ofrecerles algo para que tuvieran un sentimiento de pertenencia y
defensa de la “patria yugoslava”.
Respecto al territorio de esta Banovina Hrvatska, muchos estuvieron en
desacuerdo porque regiones croatas que limitaban con Serbia, Boka Kotorska y
Srijem no fueron anexadas, como así tampoco se incluyeron zonas de Bosnia y
Herzegovina. En
septiembre de 1939, Hitler y Stalin invaden Polonia dando comienzo a la Segunda
Guerra Mundial. Mientras pudo, el gobierno de Cvetković-Maček se mantuvo neutral
pero, para poder evitar la guerra el 25 de marzo de 1941, se adhieren al Pacto
Tripartito con el Eje: Berlín-Roma-Tokio. Este pacto tenía como fin tratar de no
sufrir las consecuencias de una invasión como ya la habían soportado entre
otros, Francia y Polonia. Al día siguiente, en Serbia se produce un golpe de
estado, que conduce al poder al oficial de aviación Dušan Simović, que a la vez
nombra mayor de edad a Pedro, hijo de Alejandro, y lo declara rey como Pedro
II.
Los motivos del golpe de estado nunca estuvieron muy claros, pero lo
cierto es que nada cambió, porque, de puertas adentro reconocieron a la Banovina
Hrvatska y de puertas afuera aceptaron el pacto con el Eje.
No lo tomó así Hitler, que siempre había tenido buenas relaciones con
Belgrado, principalmente porque todo el aluminio que se necesitaba para la
Luftwaffe (fuerza aérea alemana) lo compraba a Yugoslavia. En definitiva Hitler
se disgustó con los golpistas y decidió atacar[6].
Es importante mencionar también que Hitler no tenía intenciones de
dividir a Yugoslavia, sino de separarla en dos grandes zonas, en las cuales,
ejercerían el dominio Alemania en una e Italia en la otra.
Cuando los alemanes atacaron Yugoslavia el 6 de
abril, no encontraron resistencia seria alguna. Esto da una clara muestra de que
no sólo el ejercito yugoslavo no estaba preparado para una guerra, sino que
ninguno de sus integrantes quería pelear para defender la monarquía serbia .
Además el ejército monárquico era otra arma de dominación serbia y los croatas
apenas tenían acceso a él. Por ejemplo, sobre un total de ciento sesenta y cinco
generales había dos croatas como también sólo el 10 % de los oficiales y
suboficiales[7]. Pero los croatas no solo no defendieron
a la Yugoslavia monárquica, sino que el 8 de abril se rebelaron las primeras
unidades croatas en la ciudad de Bjelovar a unos 50 kilómetros de Zagreb y al
día siguiente la División Marítima Adriática del ejército yugoslavo, compuesta
en abrumadora mayoría por croatas, también se rebela y produce el primer
conflicto armado entre serbios y croatas.
Mientras tanto Maček, a diferencia del rey, el gobierno y los generales
monárquicos serbios que huyen primero a Grecia y luego a Inglaterra, regresa de
Belgrado a Zagreb donde rechaza la alianza con el Eje y es detenido. Él
permanecerá contrario al régimen de Pavelić, hasta 1945, aunque cuando éste fue
derrotado, Maček prefirió el exilio en los EE.UU. al régimen comunista.
Como
vimos en otros capítulos, la historia croata es milenaria y el sentimiento
nacional nunca se había perdido a pesar de ser parte de imperios o países que la
incluían. Ya en el siglo XIX, a través de personalidades como Jelačić y
Starčević, y en el XX con Radić, la conciencia de la autodeterminación del
pueblo croata era cada vez mayor, además de ser siempre “alentada” como defensa
en contra de las políticas de “germanización”, “magiarización” o lo que podemos
denominar “panservismo” (toda Yugoslavia para Serbia) que ante su acción
represora siempre generaban una reacción nacionalista.
Así llegamos al 10 de abril de 1941. En esta fecha los croatas, que
venían esperando desde hacía años una oportunidad, aprovechan la ocasión para
declarar el Estado Independiente Croata.
Ese día, el general en retiro Slavko Kvaternik proclama en nombre del Dr.
Ante Pavelić, fundador del movimiento revolucionario Ustaša, el Estado
Independiente Croata. Esta proclama se basa, entre otros, en los siguientes
puntos:
a)
Los
croatas son un pueblo de por sí y no es idéntico a ningún otro ni tampoco forma
parte de ningún otro pueblo.
b)
El
pueblo croata tiene un nombre histórico y autóctono. Bajo este nombre permaneció
desde tiempos remotos y bajo él llegó hace 1400 años a su territorio
actual.
c)
Cuando arribó a su actual patria se compenetró y
le dio el nombre actual: Croacia. Este nombre no debe, ni puede ser sustituido
por ningún otro.
d)
El
pueblo croata tiene el derecho de restaurar el poder soberano en su propio
Estado Croata, en todo ese territorio étnico e histórico, es decir reestablecer
nuevamente al Estado Independiente de Croacia[8].
Pavelić, que hacía 12 años que se encontraba en el exilio italiano, llega
a Croacia el 15 de abril en calidad de jefe del nuevo Estado. A partir de allí
comienza una carrera en la cual poco se podrá disfrutar de esta independencia y
mucho se tendrá que luchar para poder mantenerla.
Este movimiento de autodeterminación le vale no sólo el enfrentamiento
con los serbios, sino también con los supuestos aliados: Alemania e Italia. Si
bien Alemania había allanado el camino para la proclama del Estado Croata, no
estaba en su “Nuevo Orden” la desintegración de Yugoslavia. Por su lado, Italia
y su “Imperio Romano” solo pretendía tomar posesión de la costa dálmata. Es
decir, Hitler tenía planes para Croacia más adelante e Italia lo quería todo al
instante. Por esto el Estado Croata no fue reconocido inmediatamente por ellos,
sino que, mediante la diplomacia, fue aceptado un tiempo
después.
Cuando el movimiento Ustaša fue constituido, el Estado Alemán tenía
buenas relaciones con Belgrado y si bien Italia les permitió permanecer en sus
tierras cuando estos fueron condenados a muerte en Yugoslavia, sabían muy bien
que los ustašas no iban a permitir sus ansias expansionistas. Pero entonces ¿por
qué Croacia estuvo aliada al Eje durante la Segunda Guerra Mundial? En primer
lugar, es muy fácil decir hoy a más de cincuenta años del fin de la guerra que
era lo mejor o lo peor, es fácil reconocer al criminal y al bando vencedor, pero
en aquel momento la coyuntura era sumamente delicada, los tiempos perentorios y
los errores políticos o de Estado no se pagaban perdiendo una elección sino con
la muerte. Pero así y todo hay tres causas de la alianza:
1)
Porque fue ocupada por los ejércitos de ambos y se
mantuvo un acuerdo de no agresión y colaboración, mientras los poderosos
ejércitos del Eje ocupaban Croacia y casi toda Europa.
2)
Porque si no cabía esta colaboración, la otra
alternativa era plegarse a los partisanos comunistas de Tito, con los cuales no
sólo había diferencias ideológicas y religiosas, sino, que en ellos no se
encontraba el ideal de la Croacia independiente.
3)
Los
serbios monárquicos (četniks) que vivían en Croacia, comenzaron a atacarla ni
bien se declaró el Estado Croata, entonces vemos que era necesaria la ayuda
extranjera para combatirlos.
En esta sumatoria de causas tuvo que navegar
Pavelić, quien debió combatir a los partisanos que ante la invasión alemana e
italiana, veían la oportunidad de generar las condiciones sociales necesarias
para su revolución comunista. Los partisanos contaron con el apoyo incondicional
de Gran Bretaña. Este apoyo británico por poco se inclina a ayudar decididamente
a los četniks,( los cuales desde la guerrilla no dudaban en matar croatas
nacionalistas o partisanos y de apoyar un gobierno nazi y antisemita en
Belgrado) pero Churchil tomó nota del rechazo de las distintas nacionalidades
hacia ellos y finalmente se decidió por los partisanos.
En definitiva, a los croatas se les presentó una
oportunidad histórica que más adelante describiré como fundamental a la hora de
lograr la actual República de Croacia. También quisiera trazar un paralelismo
con la historia americana y argentina, para poder explicar esta situación, ya
que en su momento los patriotas argentinos y americanos también aprovecharon que
España se encontraba debilitada por la invasión napoleónica para librarse de su
yugo y así proclamar la independencia. Y para finalizar con esto, es necesario
saber que durante toda la Segunda Guerra Mundial, las batallas entre croatas y
serbios se llevaron a cabo siempre en Croacia.
Volviendo a la guerra, el Estado Independiente
Croata quedó conformado mediante una suma de regiones históricas pero también
perdiendo algunas. El Estado Croata abarcaba la actual Croacia y se sumaba toda
Bosnia y Herzegovina, que aportó con sus soldados musulmanes a la causa croata.
La división “Handžak” estaba compuesta por croatas musulmanes que al uniforme de
combate croata le daban su toque con el “fez” en la cabeza en lugar de casco o
gorra.
También se agregaron varias regiones del este croata como Banat, Bačka,
Srijem y Sandžak.
Los territorios que perdió Croacia tuvieron no solo un factor negativo en
lo territorial y poblacional sino también emocional. Croacia tuvo que ceder al
apetito del Duce la costa dálmata. Estas ansias expansionistas italianas se
vieron coronadas cuando el gobierno croata tuvo que aceptar el 15 de mayo de
1941 la pérdida de 5.400 km2 de territorio y 380.000 habitantes, lo que no solo
generó el no poder acceder al mar Adriático, sino que además, miles de dálmatas
se pasaron a las fuerzas partisanas para combatir primero al invasor italiano y
luego a sus propios hermanos del Estado Croata.
Aquí también se repitió la historia. Como vimos anteriormente[9], los croatas que en siglos anteriores
combatían enfrentados por la cristiandad o por el Islam, ahora se luchaba entre
nacionalistas y comunistas o entre ustašas y partisanos. Si bien los conscriptos
formaban parte del ejercito del Estado, los “Domobrani”, que defendían al Estado
Croata más allá de las ideologías, era común que en las familias croatas hubiera
un tío ustaša y un sobrino partisano, o primos en cada bando o lo que es peor,
incluso hermanos. Ningún hombre en edad de cargar un fusil, de 15 a 60 años,
podía quedarse en su casa. Era reclutado por uno o por otro, o, a lo sumo, se le
daba algunas horas para que se decidiera y se marchara a cualquier grupo, pero
al frente de combate. En definitiva esta lucha desangró y dividió a los croatas,
cada uno con su ideología, que a la luz de los años cada uno juzgará sus
aciertos y errores, pero lo cierto es que se cobraron miles de vidas y, a mi
modesto entender, recién hoy en día muchos se dan cuenta que el verdadero
enemigo estaba al Este del Drina.
La guerra arreciaba y el Estado Croata comenzaba a pagar el precio de
haberse aliado a un país por su poder, ya que Alemania comenzó con sus
exigencias, entre la que se encontraba la subordinación del ejército croata al
alemán como también el envío de tropas al frente oriental.
A fines de 1942 los alemanes son vencidos en El- Alamein (Egipto) y
cercados en Stalingrado (Rusia). Comienza el retroceso de las fuerzas del Eje.
En 1943 los aliados desembarcan en Italia, que luego capitula, y comienza a ser
base de operaciones para las fuerzas partisanas. Esto repercute en el Estado
Croata que empezó a sufrir la guerra desde el aire y vio como los ingleses
abastecían de armamentos a los partisanos , que habían pasado de ser una tropa
de irregulares , a convertirse en un ejército bien armado y preparado. También
fue importante el aumento de sus tropas, principalmente de dálmatas por las
cuestiones ya comentadas y de las unidades serbias que masivamente cambiaban de
lado al ver al triunfador de la guerra.
En febrero de 1943, los aliados se deciden, finalmente, por ayudar a los
partisanos, ya que hasta entonces habían dosificado su ayuda entre ellos y los
četnik pro- monárquicos. La balanza se inclinó en su contra cuando se dieron
cuenta de que los četniks no tenían problema de aliarse con alemanes o aliados,
siempre que tuviesen la oportunidad de combatir contra los croatas ustašas o
partisanos.
El 13 de julio del mismo año se declara en las zonas ocupadas por las
fuerzas partisanas una República Democrática de Croacia, que se encontraba bajo
el liderazgo de Andrija Hebrang, comunista croata que falleciera misteriosamente
al finalizar la guerra, siendo sospechados sus camaradas de armas[10].
El fin de la guerra se acercaba. Las tropas
croatas seguían retrocediendo hasta los alrededores de Zagreb. La guerrilla
partisana continuaba avanzando. Lo que había comenzado como un sueño se
desmoronaba a pedazos. Todos los croatas que creían y querían una Croacia libre
de la monarquía serbia, se dieron cuenta que fue un error aliarse con el Eje.
Los partisanos croatas que también habían luchado tanto contra la monarquía
serbia como contra la ocupación alemana, ilusionados con una “nueva Yugoslavia”,
más federal y representativa, ven que los serbios comienzan nuevamente a
ubicarse en los puestos más importantes.
Los croatas progresivamente habían retrocedido hasta Zagreb, donde
esperaban poder ofrecer la resistencia final y generar la intervención de los
Aliados Occidentales a favor del Estado Croata.
El 30 de abril de ese año, en una última reunión el gobierno croata,
decide abandonar Zagreb y retroceder hasta Austria.
La avalancha final de los partisanos era evidente, por esto los croatas
se reagrupan y en una interminable caravana comienzan su viaje a Austria,
esperanzados de que los países occidentales, que ya comenzaban a tener
fricciones con sus ocasionales aliados comunistas, les abrirían las puertas y
los ayudarían en su causa.
El ejército croata que todavía tenía una importante cantidad de hombres
pensaba rendirse ante los ingleses que se encontraban en la frontera con Austria
y ya que ellos eran signatarios de la Convención de Ginebra, los oficiales
croatas suponían que los detendrían como prisioneros de guerra y en un futuro no
muy lejano, los croatas se ofrecerían para seguir combatiendo a Tito o a los
rusos que continuaban ocupando el Este europeo generando una creciente tensión
en Occidente.
El 1º de mayo partieron doscientos mil soldados croatas que flanqueaban a
otros doscientos mil civiles. Esta retirada tenía como fin llegar el 7 de mayo a
la frontera austríaca y allí negociar con los ingleses.
Los soldados y las familias croatas partieron de Zagreb con la convicción
de que volverían en quince días... quince días que se hicieron quince semanas,
quince meses, quince años y para la gran mayoría toda la
eternidad.
Cuando los vencedores de la guerra escriben la historia en ella hay un
capítulo que nunca incluyen, un capítulo casi desconocido, un capítulo del cual
muchos desvían la mirada, sin darse cuenta que lo que pretendió ser el fin de
los croatas, fue el doloroso punto de partida para volver a la patria. Este
capítulo que pocos conocen se llama: La tragedia de
Bleiburg.
Bleiburg es un típico valle austriaco, al cual llegaron las columnas de
croatas que buscaban un refugio para la pesadilla de la guerra.Detrás de ellos
también llegaron eslovenos, alemanes que vivían en Croacia (Volkdeutsche) e
incluso algunos serbios anticomunistas y cosacos rusos que desde los años ´20
vivían en Austria como refugiados de la Revolución Bolchevique del ’17. Los
ingleses los esperaban para poder negociar la rendición y acordar el paso a las
fuerzas de Occidente.
El ministro del Estado Croata, Vrančić y el capitán naval Vrkljan tomaron
la delantera para comenzar con las negociaciones. Grande fue su sorpresa cuando
los detuvieron, manteniéndolos incomunicados hasta el 20 de mayo y enviándolos
luego a un campo de prisioneros de guerra[11].
Confiados en los resultados obtenidos por Vrančić y Vrkljan, un
contingente de ciento treinta representantes del gobierno croata se presentaron
ante el cuartel británico. Estos últimos les prometieron enviarlos a campos de
detención en Italia. Lo que ellos no sabían es que serían deportados. Fueron
subidos a un tren y devueltos a las manos de los partisanos que los fusilaron a
todos.
De repente todo se veía más claro, o mejor dicho, más oscuro. Un anticipo
de lo que ocurriría en Bleiburg sucedió días antes, en Maribor (Eslovenia),
donde cincuenta mil croatas caían en manos del III ejército partisano. Estos
prisioneros fueron clasificados por categorías, para que luego los dirigentes
comunistas pudieran disponer de ellos. La mayor parte de los soldados, heridos o
no, fueron fusilados y sólo se salvaron los civiles, las mujeres y los niños que
fueron devueltos a Croacia[12].
Pero no sólo en Maribor había columnas de refugiados, también los hubo en
Klagenfurt (Austria) y en Dravograd, Celje y Zidani Most (Eslovenia). Eran
columnas compuestas por soldados que cubrían la retirada. Ellos no tuvieron
mejor suerte que en Maribor.
Es importante dejar en claro que las autoridades británicas se rehusaron
a tener contacto con los representantes del gobierno Croata, salvo en Bleiburg.
Y en Bleiburg exigieron la rendición incondicional.
Esta rendición incondicional marcó el comienzo de la masacre. Los
croatas, con pasmosa ingenuidad, entregaron sus armas al VIII ejército británico
(al mando del teniente general Richard McCreery), subordinado al comando aliado
para el Mediterráneo con sede en Caserta (Italia), a cuyo frente estaba el
mariscal del campo Alexander[13].
Esta rendición afectó también a los restos del ejercito que como ya vimos
se encontraban por Austria y Eslovenia. Muchos se rindieron y cuando continuaron
su camino hacia los campos de refugiados, fueron interceptados por los
partisanos quienes comenzaron a barrer con el fuego de ametralladoras y a darle
forma a su concienzuda liquidación de todo lo que representara el Estado
Independiente Croata.
Al informarse de los comienzos de las matanzas, muchos de los oficiales y
representantes croatas que habían parlamentado con los ingleses se suicidaron,
otros no entregaron las armas y volvieron a Croacia a seguir dando batalla en
forma de guerrilla. Algunos de estas unidades se conocieron como los Križari o
"Cruzados", que huyeron a las montañas y pelearon en esporádicas acciones hasta
1948 [14].
Ante esta situación límite algunos se las ingeniaron para volver a los
bosques y cruzar los Álpes llegando a Italia. Pero a la gran mayoría de los que
se encontraban en Bleiburg, les esperaba lo peor.
Acusados de “traidores”, por no haber luchado por Yugoslavia, las fosas
comunes de Bleiburg, comenzaron a ser pobladas por los funcionarios
gubernamentales. Desde autoridades de alto rango hasta los jefes de correo, todo
militar con uniforme ustaša, (solo se salvaron algunos “Domobrani”), todo aquel
relacionado con el movimiento Ustaša fue declarado culpable de “crímenes contra
el pueblo” y eliminado en fosas comunes o en campos de detención.
Los civiles fueron presas de un burdo campeonato
de “tiro al pichón”, ya que eran masacrados desde aviones o nichos de
ametralladoras. Mientras tanto ingleses y norteamericanos miraban para otro
lado. Europa se horrorizó con la masacre de “Katyn”, donde cinco mil oficiales
polacos fueron muertos por las fuerzas de Stalin. Entonces ¿cómo podemos
encuadrar o definir la matanza de más de doscientos mil croatas[15] (cifra mínima según los historiadores) en
Bleiburg?
Otro de los acontecimientos trágicos de Bleiburg
fueron las denominadas “Marchas de la Muerte”. Eran columnas de los que habían
tenido la “suerte” de sobrevivir a los fusilamientos y las masacres en masa de
Bleiburg. Columnas con varios miles de “fantasmas”.
Hombres que eran una sombra de lo que fueron,
mujeres en cuya mirada quedaba claro que lo habían visto todo, con hambre, sed y
con una tristeza sin parangón, volvían a Croacia, cruzando por Zagreb y
dirigiéndose a campos de detención en Serbia o Montenegro.
Quien era débil y quedaba rezagado lo fusilaban.
Quien era fuerte y resistía también. Todos los habitantes de Croacia tenían que
verlos desfilar para que aprendieran la lección. Columnas de entre diez y veinte
mil hombres, luego de recorrer setecientos kilómetros, quedaban reducidas a dos
o tres mil y en algunos casos menos, cuando la distancia se extendía a mil
kilómetros. El hambre y la sed causaban estragos. Morían los que no bebían agua
y quienes la probaban luego de prolongadas jornadas sin
beberla.
Todos eran exigidos al máximo de sus fuerzas,
mientras los partisanos a caballo daban rienda suelta a su sadismo haciéndolos
marchar cerca de vertientes cuando sabían de su sed.
Sobre Bleiburg hay miles de anécdotas que
servirían para ilustrar esta tragedia, pero no es de mi interés seguir ahondando
en el tema.
Quiero más bien referirme a la pregunta ¿que fue
de los croatas cuando terminó la guerra?
Todos
sabemos que el ser humano es capaz de proezas increíbles en los momentos
límites, y los croatas no fueron la excepción. Escapando de las balas de
Bleiburg, cruzando montes, ríos, mares, como civiles, como refugiados, usando
mil tretas y agudizando el ingenio hasta más no poder. Muchos ya se encontraban
en Austria o Italia semanas antes del fin de la guerra, otros no se rindieron en
Bleiburg y se internaron en los bosques para poder cruzar la frontera de
contrabando y muchos trataron de quedarse en Croacia, hasta que las
persecuciones de las fuerzas partisanas y el terror de estado impuesto por Tito
al final de la guerra los empujó a emigrar de mil formas. La mayoría de ellos,
los que pudieron escapar se desperdigaron por Europa en los campos de refugiados
siendo el más importante el de “Campo Fermo” en Italia del cual hablaré en el
siguiente capítulo.
Y llegamos al punto, que define el sentido a este
capítulo; es decir, el proceso que podríamos ubicarlo, en su comienzo con el
asesinato de Radić, o quizás antes, con la conformación del “Reino de los
Serbios, Croatas y Eslovenos”, que tuvo su desencadenante en el Estado
Independiente Croata y su fin en Bleiburg, dio como resultado un gran número de
croatas exiliados; a los cuales se los define como la “Inmigración
Política”.
Todo aquel que no estaba a favor del nuevo régimen
comunista impuesto en Croacia desde 1945, estaba en contra. Al gran número de
croatas que lograron escapar al finalizar la guerra, se les iban sumando todos
los que, en pequeños grupos, lograban cruzar la frontera porque ya habían visto
una muestra de lo que sería para ellos la “Nueva
Yugoslavia”.
La causa de expulsión de estos croata, queda
claro, no era ni el hambre ni las magras cosechas, como tampoco asegurar el
futuro económico de sus descendientes. La causa de expulsión era de corte
“ideológico” o “político”. Por esto las características del inmigrante
cambiaron. Ya no eran campesinos, obreros, albañiles, etc. Ya no eran personas
que muy jóvenes emigraban, con la idea de que su fuerza de trabajo o la
capacidad de su oficio le brindaría la oportunidad de obtener un trabajo y un
porvenir venturoso que en su patria de origen no
avizoraban.
La inmigración de la Segunda Pos Guerra, al ser de
características ideológicas, tuvo un espectro mucho más amplio. En definitiva
era toda una sociedad que emigraba. Entre ellos había abogados, médicos,
ingenieros, profesores universitarios, maestros, artistas, comerciantes,
escritores, poetas, pintores, sacerdotes (especialmente perseguidos por el nuevo
régimen), políticos, militares y por supuesto, también campesinos, albañiles y
gente común que ponían su vida en peligro si permanecían en Croacia.
Esta inmigración poseerá en conjunto un nivel
intelectual mucho más elevado al de la inmigración de los años ’20. Además, el
fin de la guerra que los obligó a exiliarse, los tomó a la mitad de sus vidas.
Si en la “inmigración económica”, emigraban jóvenes en la “política”, emigraron
abuelos, hijos y nietos, pero en general emigraron hombres maduros, la mayoría
mayores de treinta años, siendo común los hombres y mujeres que llegaron a la
Argentina con cuarenta años y tuvieron que rehacer sus
vidas.
Según estudios[16], habrian aribado a la Argentina, algo
menos de cinco mil croatas en los años posteriores a la Segunda Guerra
Mundial.
Esta
inmigración se caracteriza también por los hombres que siendo soldados o que no
pudiendo volver a buscar sus familias porque sus pueblos estaban ocupados,
lograron escapar y llegaron solos a una nueva patria. Allí tuvieron que
trabajar, y luego con ayuda de instituciones como la Cruz Roja, pudieron
informar a sus familias en primer lugar que estaban vivos y después pagarles el
pasaje y así reencontrarse.
Esta inmigración se desperdigó por el mundo y lo
sembró de instituciones croatas, ya sean culturales, deportivas, folklóricas,
etc. Y esta inmigración es, por lo vivido, la que más disfruta la actual
independencia de la República de Croacia.
A mi padre muerto
en la guerra y a todos los padres que dieron sus vidas por la libertad de
Croacia.
Domovino, majko
draga
sin se opet tebi
vraċa
Nakom mnogo
desertjeċa,
Iz tuđine nosi
cvijeċe
Na grob oca, tvog
junaka.
Neznam
točno gdje je pao
Boreći se
zate hrabro
Il u šumi, il u
dolu,
Il u kojem kamen
gorju
on je zate život
dao.
Majka mi je
uvenula
U tuđinu plačeć
njega
Uvijek me je
govorila:
“Ponosam mi sinko
budi
ti si loza
vitezova.
Sada kad se tebi
vraćam
Duša mi se tugom
puni,
Suza mi kroz lice
pada
Pomisleći na
junake
Što su zate život
dali.
Oče mili, oče
dragi
Neće više dušman
proći,
Na tvom
grobu sin se kune,
“Nikad
hrvat na hrvate
Neće u rat
više poći”.
Pokoj
vječni nek mu bude
Svijetlost
vječna nek mu svijetli
Grob uz
svoje hrabre borce
Blagoslovi,
Ti mu Bože,
Hrvatskom
ga ružom kiti.
Ante Sudar.
Córdoba -Argentina
Patria , madre
amada,
Tu hijo de nuevo
regresa
Después de muchas
décadas pasadas
Del extranjero
trae flores
A la tumba de su
padre, tu héroe croata.
No sé dónde
murió
Luchando por ti
con valentía,
Si en el bosque o
en el valle
O sobre alguna
piedra en la montaña
Él por ti la vida
ofrendaría.
Mi madre se
marchitaba
En las lejanas
tierras, por él lloraba,
Y siempre me lo
recordaba:
“Sé orgulloso
hijo mío
tu linaje es de
heróica hidalguía”.
Ahora, cuando a
ti regreso, patria mía,
El alma se me
llena de tristeza,
Y una lágrima por
el rostro se desliza
Pensando en los
croatas
Que por ti la
vida perderían
Padre adorado,
padre amado,
El enemigo no
triunfará más.
En tu tumba tu
hijo jura,
“El croata al
croata
no combatirá
jamás”.
Que tenga el
descanso eterno
Que la luz eterna
lo ilumine;
Bendice, Dios, su
tumba
Junto con sus
valientes luchadores,
Y te ruego que
con la rosa croata la adornes.
Traducción: Ante
Sprljan
_______________________________________________________________________________________
Historia de la
inmigración croata en Córdoba
Cristian Sprljan,
Córdoba, febrero de 2002 - csprljan@yahoo.com
[1] “Croacia y su destino”. Edición especial de la revista “Studia Croatica”. Patrocinada por el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura. Buenos Aires. 1977.
[2] “Tito habla”. Vladimir Dedijer. Belgrado.1952.
[3] “Dr. Vladko Maček” Angel Belić. Studia Croatica. Año V. Nº 14-15. Buenos Aires. 1964.
[4] “Croacia y su destino”. Edición especial de la revista “Studia Croatica”. Patrocinada por el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura. Buenos Aires. 1977.
[5] Recordar a los banes y virreyes del Capítulo “Historia de la Nación Croata”.
[6] “Dr. Vladko Maček” Angel Belić. Studia Croatica. Año V. Nº 14-15. Buenos Aires. 1964.
[7] “El Panserbismo, Cancer Yugoslavo”. Christophe Dobleau. Lyon, Francia. Studia Croatica. Año XXXII. Nº 120.Buenos Aires. Enero – Junio de 1991.
[8] “Croacia y los croatas. En defensa del Derecho y de la legalidad”. Dr. Esteban Hefer. Serie Nº 4. Buenos Aires. 1957.
[9] Ver Capítulo. “Historia de la Nación Croata”.
[10] “Croacia: Mito y realidad” C. Mac Adams. Studia Croatica. Nº 129. Año XXXV. Buenos Aires. 1995.
[11] “Croacia: Mito y realidad” C. Mac Adams. Studia Croatica. Nº 129. Año XXXV. Buenos Aires. 1995.
[12] “La tragedia de Bleiburg”. Studia Croatica. Edición Especial. Buenos Aires. 1963.
[13] “La tragedia de Bleiburg”. Studia Croatica. Edición Especial. Buenos Aires. 1963.
[14] “Croacia: Mito y realidad” C. Mac Adams. Studia Croatica. Nº 129. Año XXXV. Buenos Aires. 1995.
[15] “La tragedia de Bleiburg”. Studia Croatica. Edición Especial. Buenos Aires. 1963.
[16]
“Hrvati u Argentini. U njihov doprinost hrvatskoj kulturi”. Marko Sinovčić.
Buenos
Aires 1991.