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La efímera "Primavera de Praga"

La historia narra que en 1968, conflictivo año del mayo francés y las revueltas estudiantiles que conmocionaron a tantos lugares, los ojos del mundo también estuvieron sobre la antigua Checoslovaquia y su capital, donde se vivió a lo largo de ese año un proceso - bautizado como la "Primavera de Praga" - que parecía anunciar la crisis del imperio soviético.

 

...Pero aquel Agosto muchos despertaron del sueño. Al encender la radio una voz quebrada por la frustración y el dolor, anunciaba el final de una esperanza. Dubcek hablaba al pueblo para despedirse de aquella primavera.

El duro régimen comunista que soportó Checoslovaquia desde 1948 encarnado en la figura de Novotny hizo crisis 20 años más tarde. Tras la renuncia a la que Novotny fue obligado, Alexander Dubcek se convertía en primer secretario del partido con Svoboda como presidente y Cernik como primer ministro. 

A este acontecer le siguió lo que se conocería como "La Primavera de Dubcek". Ideas nuevas como la descentralización de la industria, mayor poder a los sindicatos, libertad para viajar al extranjero, libertad de expresión y prensa, y muchas otras medidas que formaban el paquete de decisiones políticas por las cuales el gobierno pretendía responder a los deseos populares y ganarse el derecho al poder, fue el intento de implementar lo que se llamó "socialismo con rostro humano". 

Por más que los recién llegados actuaron con cautela asegurando a los rusos que Checoslovaquia mantendría su alianza y respetaría el Pacto de Varsovia (1955), a medida que el plan se fue desarrollando, la alarma rusa aumentaba. Para Agosto una invasión masiva de tropas soviéticas terminaron por deponer a Dubcek para terminar colocando en su lugar a alguien más dócil: Husak.

El pueblo Checoslovaco, que había disfrutado por poco tiempo de aquella Primavera de Praga, veía como el 20 de agosto de 1968 los tanques soviéticos entraban a la capital (de la actual República Checa) 600.000 soldados, 2.300 tanques y 700 aviones, para poner fin al sueño . La década del ‘60 había dado paso al revisionismo del régimen Stalinista y Checoslovaquia fue uno de los primeros revolucionarios en buscar un cambio.

El eslovaco Dubcek (secretario del partido comunista checo, PCCH) fue quien llevó a cabo el intento apoyado por la vanguardia intelectual y por la mayoría del pueblo que sólo tenía quejas acalladas por el terror contra el régimen soviético. Pero esto fue visto como un mal ejemplo para el comunismo mundial y Moscú dijo basta. 

Tanques soviéticos en las calles de Praga

Tanques soviéticos en las calles de Praga

El pueblo se manifestó mediante una resistencia pacífica que igualmente dio como saldo decenas de muertes, la mayoría jóvenes, como aquel estudiante que bajo la gran estatua ecuestre de San Wenceslao (Rey de Bohemia y mártir) se inmoló a lo bonzo. 

Dubcek fue llevado al Kremlin y obligado a firmar un compromiso. A su regreso, entre sollozos de impotencia y vergüenza, la radio emitió un discurso donde él recomendaba la sumisión para evitar un baño de sangre. Salvados así de condenas y fusilamientos, los Checoslovacos igualmente no perdonaron a Dubcek la firma del compromiso. 

 

Si a Dubcek se le puede reprochar algo, es  el intentar hacer realidad un sueño; algo mejor para aquel pueblo, pero él mismo comprendió que aquello había sido sólo eso; un sueño de primavera.

A. Dubcek saludado por la multitud, antes de la invasión de Checoslovaquia

Alexander Dubcek,

Protagonista de la primavera de Praga, hijo de militantes comunistas, en 1939 se afilia al partido, entonces en la clandestinidad. 

A partir del fin de la guerra se convierte en eficiente y gris burócrata del aparato, pero su carrera se revelará meteóricamente. 

En 1968 sustituye al hasta entonces inamovible  Novotny  a la cabeza del partido. En los primeros meses de aquel año pasa a representar el espíritu renovador que será conocido como "La Primavera de Praga" , una breve ilusión truncada por la invasión soviética. 

 

Los acuerdos de Moscú

Ante el fracaso de la invasión, los rusos cambian abruptamente de táctica. Los presos en Moscú pasaron a ser sus interlocutores para la "normalización" y repuestos en sus funciones. Los rusos ponen dos condiciones: se mantiene la ocupación militar; se desconoce el XIV Congreso. Dubcek y el conjunto de la dirección ‘renovadora’ las aceptan (con una solitaria excepción) y pasan a colaborar activamente para desmovilizar al pueblo checoslovaco.

Las enormes ilusiones depositadas por los trabajadores y los activistas en la dirección de Dubcek facilitan su tarea de desmoralización. Todavía en los meses de diciembre y enero importantes huelgas y manifestaciones obreras y estudiantiles se oponen al invasor y a sus equipos de colaboradores impuestos. Naturalmente, Brejnev ya no confiaba en Dubcek y una vez cumplida su función fue despojado de su puesto de secretario general en abril de 1969, aunque sin perder su puesto en el Comité Central.

 

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