Bulbo raquídeo

El bulbo raquídeo, también conocido como médula oblonga por su parecido anatómico con la médula espinal, se halla a continuación de esta (Fig. 1). Tiene la forma de un cono ligeramente aplanado (Fig. 1).

Fig. 1: Vista general del encéfalo.

Internamente, en la porción inferior, el bulbo presenta distribuida la sustancia gris y blanca de un modo similar a la de la médula, mientras que en la porción superior, no.
En la mitad inferior se hallan los mismos haces de sustancia blanca y el mismo eje de materia gris de la médula. En su mitad superior la estructura varía. Los haces que forman la sustancia blanca cambian de posición, y el eje de sustancia gris se fragmenta en una serie de núcleos grises (Fig. 2).

Fig. 2: Esquema indicando las columnas grises que se forman en el bulbo. A, representa a la médula espinal, B, C, D y E corresponden a distintos niveles del bulbo raquídeo.

Además se observan formaciones blancas y grises, que son propias del bulbo, es decir que no provienen de ningún otro órgano nervioso.

Fisiología del bulbo raquídeo

La conformación estructural del bulbo, semejante al de la médula espinal, es factor decisivo en la igualdad de funciones, que ambos órganos realizan.
En efecto, el bulbo no difiere de la médula en cuanto a sus funciones: conduce impulsos nerviosos sensitivos y motores y es centro de actos reflejos.
El bulbo, tiene centros de actos reflejos de la vida vegetativa y de la vida de relación. Es decir controla órganos importantísimos para que el organismo se mantenga con vida. Entre estos centros explicaremos la función del: centro respiratorio, cardíaco, vasomotor y el de la deglución.

1. Centro respiratorio: en este centro hay neuronas que controlan la inspiración y la espiración. Una lesión en este sitio, produce la muerte por asfixia.
Este centro se activa principalmente cuando detecta en la sangre altas concentraciones de dióxido de carbono, pero también a los cambios en la concentración de oxígeno, temperatura y estados emocionales.
En relación con este centro se hallan en el centro del estornudo, la tos y el bostezo.

2. Centro cardíaco: Este centro actúa moderando el ritmo cardíaco, es cardioinhibidor.

3. Centro vasomotor: Su acción constrictora es importante para mantener la presión sanguínea arterial. Al igual que sobre el centro respiratorio, actúan sobre este altas concentraciones de dióxido de carbono.

4. Centro de la deglución: Rige el mecanismo de la deglución (tragar).

Además de los centros nombrados se hallan, en el bulbo raquídeo, el centro del vómito, de la salivación y el sudorífico.