Jugo gástrico

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Jugo gástrico
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Concepto:Líquido producido por el estómago

El jugo gástrico o quimo es el líquido claro segregado en abundancia por numerosas glándulas microscópicas diseminadas por la mucosa del estómago.

Funcionalmente, se puede decir que el jugo gástrico es un ácido muy fuerte que se encuentra en el estómago y que sirve para eliminar la parte de los alimentos que es inútil, es decir, aquella parte que no puede ser transformada en energía para el cuerpo

El ácido gástrico es producto de la secreción de las células gástricas parietales u oxínticas, cumple roles biológicos imprescindibles para la homeostasis corporal. La producción del ácido gástrico depende de un proceso celular efector constituido por histamina, acetilcolina y gastrina en el primer nivel, constituyendo primeros mensajeros de dicho proceso.

Ingredientes

  1. Agua
  2. Ácido clorhídrico
  3. Enzimas: pepsina, renina gástrica y lipasa gástrica.

Proceso de funcionamiento

El proceso secretor descrito es puesto en movimiento, secuencialmente en tres fases, dos de ellas estimuladoras -fase cefálica y fase gástrica- y una inhibidora o fase intestinal. Estas etapas son iniciadas por fenómenos siconeurales (pensamiento, visión, olfación o recuerdo); por alimentos y otras sustancias ingeridas; y por productos de la digestión de nutrientes.

Alteraciones en la regulación de la secreción ácida; en la constitución de la barrera mucosa gastroduodenal, protectora frente a la acción potencialmente lesiva de alimentos y fármacos o drogas; y potenciación de su acción por la presencia de H. pylori, constituyen la base etiopatogénica de la enfermedad ácido-péptica, entidad nosográfica donde juega un rol fundamental.

Estos interaccionan con receptores específicos, lo que a su vez activa segundos mensajeros representados por AMPc y el sistema calciocalmodulín. Estos luego activan en cascada sucesiva a una proteinokinasa que fosforila una proteína específica, activándola, lo que inicia la síntesis de ácido.

Una bomba de protones situada en el polo luminal de la célula parietal, extruye finalmente el ácido sintetizado hacia el lumen gástrico.

Función

Su función es actuar principalmente sobre la digestión de las proteínas, por el efecto de las enzimas pepsina y renina, para favorecer la absorción de los nutrientes en el intestino delgado. Las células parietales producen ácido clorhídrico (HCl) que activa a la enzima pepsinógeno que posteriormente se transforma en pepsina.

Por la presencia del ácido clorhídrico el pH toma un valor entre uno y dos. Este medio ácido facilita la degradación (hidrólisis) de las proteínas para convertirlas en unidades más pequeñas.

La pepsina degrada las proteínas en subunidades menores; otras enzimas digestivas importantes son la tripsina y la quimotripsina.

La renina (también conocida como fermento del cuajo) transforma la caseína (proteína de la leche) en una proteína (cuajo) soluble para la acción de la pepsina. Esto es necesario para mantenerla en el estómago el tiempo adecuado para que la pepsina actúe sobre ella, ya que si la leche permaneciera líquida pasaría por el estómago tan rápidamente como el agua.

Poder

El jugo gástrico es extremadamente poderoso en los humanos. Es capaz de digerir el hierro, la mayoría de los plásticos, el vidrio, prácticamente todos los metales entre otras cosas.

La mucosa gástrica también segrega una proteína llamada «factor intrínseco», que es esencial para la absorción de vitamina B12.

Cuando no hay factor intrínseco, no se absorbe esta vitamina y entonces se da lugar a una forma grave de anemia, llamada anemia perniciosa.

El epitelio gástrico también produce mucus (o mucina), que cumple con un importante papel de autoprotección: de esta manera evita el ataque directo del ácido clorhídrico sobre su superficie.

Daños al estómago

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El poder corrosivo del ácido clorhídrico es mil veces superior al de la saliva. El estómago elabora alrededor de seis vasos de ácido gástrico al día.

El estómago segrega ácido gástrico para descomponer los alimentos. Uno de los principales componentes de estos jugos gástricos es el ácido clorhídrico. Y si este ácido es capaz de corroer por completo una pieza metálica de zinc y matar cualquier célula viva, ¿por qué no corroe al propio estómago, que de esta manera se autodigeriría?

¿Qué protege al propio estómago del ácido y las enzimas?

Los jugos gástricos no pueden dañar el estómago, que está revestido por una mucosa estomacal en su lado interior, la cual reviste la cara interna del estómago con el grosor y textura necesarias para que nuestro órgano digestivo por excelencia no sufra los efectos de sus propios jugos corrosivos.

Claro que los ácidos dañan en cierta medida esta mucosa, pero el propio estómago la regenera constantemente con el fin de contar siempre con una capa nueva y más resistente. Además, esta mucosa genera su propio antiácido, el cual contiene la dosis necesaria de bicarbonato para frenar la acción destructiva de los jugos.

Los jugos estomacales contienen algo más que ácido. Este se encuentra disuelto en una mezcla de agua, electrolitos (sodio, potasio y calcio) y unas enzimas llamadas pepsinas, que destruyen las proteínas.

Al ingerir alimento se desencadena una serie de mecanismos dirigidos a facilitar la digestión. El organismo libera algunas hormonas en el torrente sanguíneo, entre las que destaca lagastrina, cuya función es estimular a las células productoras de ácido del estómago. Estas combinan átomos de hidrógeno con el cloro presente en la sal para producir ácido clorhídrico. Mientras, otras células segregan una sustancia llamada pepsinógeno, que gracias a la intervención del ácido clorhídrico se transforma en pepsina, una enzima también letal para las células vivas.

Pues lo protege la mucosidad que reviste la cara interna del estómago. Esta mucosidad lubrica el bolo alimenticio para que circule con facilidad por el tractio digestivo y además forma un grueso revestimiento en la pared interna del estómago para evitar, precisamente, que sea digerido por sus propios jugos.

Los ácidos atacan, por supuesto, esta pared mucosa, pero el tabique estomacal los regenera continuamente. Además, el revestimiento estomacal fabrica su propio antiácido, segregando bicarbonato para neutralizar al ácido.

Protector contra las bacterias

Desde el punto de vista microbiológico, la mayoría de las bacterias no pueden sobrevivir mucho tiempo en un medio ambiente muy ácido. En forma constante e inevitable, bacterias comunes entran a nuestro cuerpo a través de la nariz y la boca.

Normalmente estas bacterias al llegar al estómago, morirían al encontrarse en un pH muy bajo. Sin embargo, si el ácido gástrico está deficiente, muchos de estos microbios pueden vivir, multiplicarse e infectarnos. La mayoría de estas bacterias que entran por estas vías son inocuas, pero hay algunas como la salmonella, la escherichia coli y el vibrium cholerae que pueden originar padecimientos graves y hasta la muerte cuando los niveles del ácido estomacal están bajos.

Fuentes